domingo, 23 de enero de 2022

Tabaco y Channel para tí.

 Había una vez en un bar una chica tomando junto a la ventana, desconocía totalmente que iba a entablar una breve conversación donde le daría la contra, aquella noche conocí a un pintor, quien me dijo que mi rostro expresaba lo que era, los rostros expresan mucho del mundo interior de las personas dijo, en ese entonces sólo lo escuche y lo dejé pasar; me han pasado tantas cosas buenas y malas, justamente pienso que es por mi rostro; una maravilla es haber atraido la mirada, los abrazos, el cuerpo de mi esposo. La noche siguió, baile con aquel pintor, mientras el guitarrista más genial de Cajamarca se burlaba de mí, toca en Humo Azul. 

Me fui a sentar y sonaba en el bar la canción tabaco y channel, mientras Ethel y un chico discutían acerca de auqella canción, siempre te hace recordar a alguien esa canción le decía el joven, ella respondía firmemente con un no, a mí no me hace recordar a nadie, entonces el hombre de camisa celeste me incluyo en la conversación, y me dijo, verdad que esa canción siempre te hace recordar a alguien, yo respondí sí, entonces Ethel volteó hacía mí de manera desafiante y me dijo, ¿A quién te hace recordar? a mi mamá le respondí. Ella dijo aaa y volvió a mirar hacia la ventana.

A mi mamá, esa pequeña encantadora niña que se deja ver cuando decora su casa para la navidad, en cada detalle que agrega para su casa, en los estampados de los polos que usa, cuando se engríe, cuando sonríe. Y vaya que es también una bella mujer, capaz de compartir alegrías en su casa, amar a dos niños maravillosos y a su esposo, en los detalles que tiene para los demás, cuando no se calla lo que siente y piensa, tiene el coraje de permanecer y no perder la sonrisa, además no para de soñar, desde que la conozco nunca para de soñar. Me has regalado más de lo que me podía imaginar mamá Magali.  

Ella es capaz de hacerte perder en su sonrisa, sus ojos, su voz, sus rulos, su lunar cerca a su boca, y déjame decirte que cuando más lejos estuve fue a tí a quien más extrañe, te amo, te conozco con tus asiertos, desasiertos, malos ratos y puedo decir que eres la mujer más hermosa del mundo para mí. La mujer que preparaba torta de galleta cuando tenía 10 años, con la que discutía durante mi adolescencia y parte de mi juventud, la que tomaba su mochila y viajaba, la que paseaba por las calles con su hermana Raquel, la que prendía una luz de vengala y nos iluminaba la navidad, la vida.   

 


 

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