viernes, 3 de diciembre de 2021

Caminos entrelazados

Hay un pedazo de tierra en la que en algún momento se cruzarán tres almas entusiastas, positivas y traviesas; cada una de ellas tiene aventuras compartidas con los que ama e historias que sólo ellos guardan, sueños que jamás serán revelados debido a su naturaleza contemplativa. 


A Antonio le  gusta trabajar la madera, aprendió este pasa tiempo cuando estaba en el colegio San Ramón, también le fascinan los carros, sobretodo comprar modelos antiguos y restaurarlos. 

Alguna vez su hija se animó a cantarle una de sus canciones favoritas, encontrándose a millas de distancia, al teléfono cantó: "ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar, una camisa un pantalón vaquero, y una canción, ¿dónde irá?, ¿dónde irá?"... canción de José Luis Perales - Un velero llamado libertad.


Harumi es un niño de 11 años ha estado aprendiendo a tocar la guitarra, tiene un corazón sensitivo, es el engreido de mamá Julia, juntos pudieron llenar el álbum FIFA WORLD CUP RUSIA 2018, a Harumi también le gusta aprender datos curiosos sobre animales tal como que uno de los embarazos más largos del reino animal es el de los elefantes, que puede durar hasta dos años.


Patricia requirió hace poco ir a visitar a su sobrino pues descubrió que poco sabía de él, sin embargo él la había acariciado saludándola a su regreso, preguntándole un día cualquiera cómo está. A Patricia le gustan los faroles, los muelles; cree que la época más bonita de su vida fue cuando vivió con su novio en ese entonces, en un pequeño departamento poco amoblado, a la edad de 25 años, cuando vivía lejos, cuando era maestra de inglés en una escuela a pesar de que había estudiado otra carrera, cuando podía visitar a sus hermanos y a su mamá.    


Antonio no es el legítimo dueño de Calesi, pero ella vive en su casa, una de sus tres hijas la trajo con engaños, diciéndole que la cachora pertenecía a una amiga y que se quedaría por un corto tiempo, actualmente Calesi tiene 7 meses, es una pitbul dulce como su dueña, salen a pasear juntas, viajan juntas, la pequeña pitbul se encuentra muy bien cuidada, ya conoce el sonido del motor de la moto de su ama cuando llega a casa. Ambas se necesitaban.


Para Harumi, Yeibi es como el niño de sus ojos, el pequeño schnauzer es bastante ladrador cuando se trata de vigilar su territorio, sin embargo es docil, acariciable, a Yeibi le gusta pasear bajo la lluvia, también le gusta columpiarse junto a Harumi frente al jardín de su casa, el pequeño perro lleva consigo un collar verde, Yeibi suele mantener esos cortes típicos de los perros de su raza. Tiene aproximadamente 4 años de edad, años más, años menos.


Patricia viajó a otro país por dos años, dejó a Morena bajo encargo a su tío Julio, pero ya antes de viajar había dejado a la perrita en la casa de su tío, puesto que el departamento donde se mudó con su novio era muy pequeño para vivir con Morena, de cierto modo Patricia se desentendió con Morena esos dos años. La perrita tiene 5 años de edad, tuvo dos camadas. Un día una de sus cachorras vino a visitarla, su nombre es Nativa, Morenita reaccionó algo celosa, su hija desenterró sus tesoros y se los comió. Morenita no tiene mucho apetito, lo que más le gusta comer son huesos, se pone difícil con las cocretas, los baños, se escapa de la casa, vaga y husmea en los basureros de las calles. El esposo de Patricia se contacto con su amigo Andres, un veterinario que está tratando las alergias de Morena y su recuperación, salta a los ojos el amor de Andres por los animales.


Yeibi, Morena y Calesi viven en casas donde las fronteras no están bien establecidas, donde sus casas se conectan con las del otro, al menos para ellos, que saben de huesos, pelotas, botellas, ser constantes vigilantes, leales compañeros. Sus casas se conectan y ellos a veces juegan, a pesar de sus diferentes historias. 

Angela Espino de la Cruz.




Fotografía Angela Espino de la Cruz
  

 

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