viernes, 10 de diciembre de 2021

Años van, años vienen

 Muchas cosas han pasado, he regresado a la ciudad unos meses atras y recién empiezo a disfrutarla, de pronto las nubes se muestan con el cielo celeste detrás de la cupula de la iglesia Recoleta, esas nubes, al menos hoy parecen únicas, pomposas, de algodón, al menos hoy parece un cielo apacible. El camino por todo Junín me recuerda épocas de carnaval, que gozo y que no siempre extraño, a veces no dudo en coger mi mochila e ir a otra ciudad; pero si te quedas en Cajamarca, vaya que los carnavales encuentran la forma de llegar a tí, en Cajamarca el carnaval anda por las calles, pasa por la puerta de tu casa. He pertenecido a dos comparsas, sé el trabajo que implica hacer tu disfraz, además la comparsa tiene que ser unida, uno hace amigos y se debe tener en cuenta la siguiente copla:

"Que bonito es carnaval pal que lo sabe gozar, como yo lo sé gozar bonito lo he de pasar"

Y nosotros los jóvenes disfrutamos mucho el carnaval, pero los días pasan y van pasando, me pregunto quién es considerada una persona madura y me contesto, es una persona responsable de ella que lucha por sus sueños y es consciente de sus acciones. Luego recuerdo que César Vallejo dijo: "que no importara los años que cumpliece, él nunca iba a tener la edad de su madre". Mi mamá y yo peleamos mucho durante mi adolescencia, sin embargo ambas veíamos Rebelde Way, cada una en su espacio, e incluso alguna vez nos compramos el mismo pantalón verde petroleo acampanado, ella en talla 28 y yo en talla 26, peleábamos por mis escapadas, no llegar a dormir a la casa, drogas, este tipo de comportamientos nos distanciaron, además ambas somos orgullosas, quizás ella un poco más. 

Pero los años pasan y nos volvimos a encontrar, esta vez compartimos más, ella me ha regalado una familia, un papá, y dos hermanos, una casa que se siente como mía. A donde mire, o a donde vaya no me encuentro como la persona madura que me gustaría ser, pero tampoco me encuentro como una persona con todo parametrado, yo soy quien a veces solo quiere irse muy lejos y bailar mientras se aleja, así que contaré la siguiente historia y lo dejaré a su criterio. 

Julio,65 años, quizás tiene una hija de 9 años, quizás no, hace falta una prueba de ADN, sin embargo cuida de la niña y de su hermanita esporadicamente con los pocos recursos que tiene; lo recuerdo como una persona feliz, tranquila, a veces demasiado relajado, tiene una casa pequeñita, cuido de su mamá hasta que su lucesita se apago, se mantuvo a su lado, no tiene ningún vicio, ni cigarros, ni alcohol. Le gusta cuando las personas silvan porque están felices y las canciones de Leo Dan, trabaja junto a su hermano. 

Angela Espino de la Cruz   






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